Fantasía despertó en ese momento. La vegetación, envuelta desde hacía siglos en una bruma espesa, pareció brillar con el verde de sus hojas. De debajo de las piedras salieron pequeños seres que se desperezaban sonoramente. El cielo, naranja por el amanecer eterno, se lleno de los gritos de alegría de los dragones que habían volado en el pasado. Las aguas del océano se calmaron y el viento embravecido pareció relajarse para unirse a la fiesta del renacimiento, tocando una bella melodía para todos. Yo, por mi parte, comprendí que poco más tenía que hacer allí, así que volví a casa con un poco de pena por dejar el maravilloso mundo que acababa de comenzar.
Allí me esperaba mi cámara, a la que miré como a un viejo conocido. Allí estaba mi cama, mis libros, mi piano, mi vida. Poco a poco todo fue volviendo a la normalidad. Los comentarios de aliento sobre mi trabajo me llenaban y me acostumbré de nuevo a la vida cotidiana, más allá del lugar donde la tinta arde. Pero siempre quedaría conmigo su recuerdo, y los elementos de Fantasía acudirían a mí un día sí y otro también, a pedirme que regresara a navegar con mi velero por la inmensidad azul. Vienen de noche, con voces dulces que me ablandan y casi me hacen ceder, pero aguanto, al menos por ahora.
Con una sonrisa en la cara me acomodo entre las almohadas y las mantas, en el calor del hogar, y cierro muy despacio el libro de tapas marrones con dos serpientes doradas entrelazadas en la portada.
Una cosa es segura, Fantasía no quedará dentro de mí, haré llegar la maravilla a todos los rincones del mundo. Lo prometo, Fulgor.
¡Hasta mañana!
impresionante el blanco de los globos, con tu camisa, y tu tez pálida
ResponderEliminarTampoco estoy tan pálido... jajajaja Gracias!
EliminarBuena. Texto y foto
ResponderEliminarBuenaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarGraciaaaaaaaaaaaaaaaaaas
EliminarEstoy deseando ver nuevas series como esta. Eso ai acompañalaa de una historia
ResponderEliminarLas habará en breves, lo de la historia ya lo tengo menos claro...
Eliminar