Siguiendo el océano he conseguido llegar a un río lleno de piedras y rodeado de vegetación exuberante, vuelvo a estar en el elemento tierra. Metido hasta la cintura paro un segundo a reflexionar sobre mi situación, en el siguiente paso para conseguir mi objetivo. Quizás es momento de desistir y volver al mundo real, quizás es hora de dejar de perseguir al conejo blanco. Es triste irme con las manos vacías, pero si sigo aquí al final acabaré destrozado. Mire a donde mire mi cuerpo está destrozado. Bueno, se acabó el soñar, se acabó Fantasía... Vuelvo a casa.
¡Hasta mañana!
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